Francisco Lozada.- Sin garantizar que una inversión importante o contratar a jugadores de renombre, sean factores para armar un equipo ganador y espectacular, es el primer paso que tienen que dar los directivos del Pachuca en este momento.

Esta es la encrucijada que tiene en puerta la gente de pantalón largo.

Después del informe de la temporada más reciente, que seguramente ya entregó el técnico, habrá que hacer un análisis de los refuerzos, quiénes cumplieron y quiénes no.

Esto, de antemano, todos lo sabemos, porque sólo se trata de ver los minutos jugados y su rendimiento, de acuerdo a la posición que juegan, ya que no se trata solamente de calificar a los delanteros, sobre las anotaciones logradas.

También se tiene que analizar la productividad efectiva de los volantes, su participación, posesión del balón y asistencias o en su caso, la ubicación de los zagueros, los errores individuales y los goles en contra.

Obvio, que los movimientos y la estrategia del técnico son fundamentales en estas funciones, pero si ya se le dio entrada a Diego Alonso para continuar al frente de los Tuzos, lo más importante es darle la confianza y el material humano que solicite.

De ahí que, las bajas y las altas que se presenten, deberán ser acordadas conjuntamente entre el estratega y la directiva, para contar con elementos que cumplan con el perfil adecuado, en su propósito por armar un buen equipo, que garantice en primer término su presencia en la liguilla.

También se deberá ser exigente, con el técnico, de dar buenos resultados inmediatos, basado en una estrategia que se vea en el campo de juego y con la disposición plena de todo el equipo.

Estos son los principios para conformar un grupo sólido y con aspiraciones, ya que se mantendrá un 70 por ciento del plantel, incluyendo según la directiva, la estancia de los canteranos que han tenido un buen desempeño y que ha valido a varios de ellos su convocatoria a la Selección Nacional.

De tal manera, que estaremos al pendiente de las bajas, que ya deben estar bien detectadas y las altas de quienes se incorporen, para cambiar la cara de un Pachuca, que pasan los años sin sumar un título más.